Al final 36kms de puro y duro btt, donde practicamente todo eran senderos muy técnicos y divertidos.
Al día siguiente y con algo más de frió, tocaba un recorrido en carretera donde debíamos subir, Romanya, Santa Pelaia y la Ganga para acabar con unos buenos 102kms y con las piernas a punto de caramelo.
Como conclusión a este fin de semana largo, me quedo con las buenas sensaciones que voy teniendo cada día y con la esperanza de que si las lesiones me respetan, pronto volveré a disfrutar de este deporte que tanto me gusta.
Nos vemos.